sábado, 28 de febrero de 2009

Los caminos del Elegguá:Orichá de la santeria cubana, el abirdor de todas las puertas; Elegguá









Todos los Orichas cuentan con leyendas o patakis que describen momentos determinados de su vida. De estas leyendas se desprenden lo que denominamos caminos.
Solo a través de sus caminos podemos conocer verdaderamente al Santo ya que cada uno de ellos es una parte inseparable e intrínseca de los Orichas que configuran personalidades, situaciones y momentos determinados en la vida de cada Santo y sus sucesivas reencarnaciones.

Existen muchos caminos o avatares detectados en informaciones de origen atávico. A Elegguá se le enumeran hasta 101 caminos, aunque 21 son los mas habituales. Las nomenclaturas de la mayoría de sus caminos van precedidas por el nombre de echú. Ante la imposibilidad de enumerarlos a todos, describimos los mas conocidos, sin desmerecer en absoluto a todos los que obviamos:









Echú-Acú-Boró: es el que puede dar la vida y quitarla.

Achý-Alayikí: es el mas glotón e impredecible, siendo en ocasiones capaz de matar a su mejor amigo.

Echú-Latieye: en todo lo que haga , bueno o malo siempre vence.

Echú-bi: vive en todas las esquinas y se le conoce como el rey de las diabluras.

Elegguá-Laroyé: vive en una cazuela de barro detrás de las puertas de la casa. Siempre esta con Ochún y le ayuda a preparar sus filtros de amor. Es alegre y le gustan el baile, los dulce y las bromas.

Elegguá-Abailé: es el amigo, ayudante y colaborador de la casa del santero. Tiene que ver con todo lo relacionado con la limpieza del cuerpo y del espíritu.

Echú-Agongó-Oló-Oñá: es el dueño de los caminos y como tal es capaz de abrirlos, para sus protegidos o de cerrarlos para los que considera sus enemigos. El es el que recibe las ofrendas que se dejan en los caminos.

Echú-Elufé: es el Elegguá demás edad y uno de los jefes principales al que se le debe mucho respeto. Delante de él nadie puede desvestirse, decir impropedios, ni realizar ningún acto deshonesto. Este Elegguá debe vivir y estar en un lugar retirado de la casa.

Echú-Alajbaná: vive en la soledad de los bosques profundos y de las encrucijadas. Representa la desesperanza y el infortunio, las dolencias y las penas.

Echú-Beleké: es muy entrometido y bastante travieso pero conoce a la perfección los remedios y las hierbas.

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